Mantener tus llantas en su presión correcta te dará un sinfín de beneficios: ahorra costos, mejora la seguridad, su uso es más económico y es mejor para el medio ambiente.
Una llanta pierde parte de su presión por causas naturales (de manera normal alrededor de 1 psi (0.076 bars) por mes). Otra razón del porque tu llanta puede perder presión es por fugas, sea por una perforación accidental, el cambio de válvula o simplemente por la limpieza de la llanta.
Las llantas poco infladas son propensas a sobrecalentarse, utilizan más combustible y se desgastan con mayor rapidez. De igual manera, una llanta muy inflada puede causar problemas de dirección, reduce su vida útil y su agarre.
Revisa la presión de tus llantas cuando estén frías (que no hayan sido utilizadas en las últimas 2 horas), nunca desinfles una llanta caliente e incluso si tu llantas están infladas con nitrógeno se deben revisar con frecuencia.